La previa

Salimos desde Espartinas, localidad de residencia de Fernando alrededor de las trece horas y treinta minutos. Habíamos previsto parar a almorzar en Monasterio, y allí se acercó Chema, que estaba en el Real de la Jara de fin de semana, para despedirse de nosotros.

Alrededor de las 3 y cuarto, pusimos rumbo hacia las tierras castellanas, con una breve parada en Baños de Montemayor para tomar un café. Después de subir el puerto de Bejar, el coche alquilado nos avisa, que tiene poco liquido refrigerante. Nos salimos de la autovía, y llamamos a la asistencia en carretera de la compañía del coche de alquiler. Mientras tanto, el amigo Luis me llama, para interesarse por nosotros. Solventamos la falta de liquido refrigerante, con agua mineral que teníamos para consumo. De nuevo ponemos rumbo hacia Salamanca, y llegamos alrededor de las 20:30 minutos. Luis nos espera en el Albergue Juvenil Salamanca, donde tenemos reservada una habitación para dos. Entregamos el coche, y comenzamos la visita turística por Salamanca. No me canso de pasear por las calles de esta bella ciudad. La zona antigua es magnífica y no sabes para donde mirar. Me encanto la Iglesia de la Hermandad Dominicana y el Jardín de Calixto y Melibea. Nos paramos a tomar una cerveza, comentando la mala imagen que da ver tantos pétalos en las puertas de las iglesias. Es típico en Salamanca, que en vez de tirar arroz a los novios, tiren pétalos, pero dejan las puertas de las iglesias bastante sucias. Nos avituallamos en la Jamonería de Carmen, magníficamente como siempre, y pusimos rumbos hacia nuestros aposentos. Quedamos con Luis a las 8:00 para poner rumbo hacia El Cubo de la Tierra del Vino.